Nuestra salida a bordo del Catamarán Hercules se vió demorada por la presencia de la niebla que solo permitía ver a pocos metros.  Ella, el río y las gaviotas fueron las primeras imágenes que pudieron ser registradas.

 
 
 
 
 
Como es habitual en nuestras salidas, no pudo faltar el buen almuerzo
en el Restaurante de la isla.

 

 
Tras almorzar, y con dos horas y media menos para recorrerla, nos pusimos maratónicamente a la cacería de imágenes. 

Un gran desafío que obligó a todos a poner sus destrezas con las cámaras y sus miradas para obtener las imágenes que cada uno pretendía.